Mientras hacían el ejercicio comprendí que no concocían las proporciones del rostro. algunos hacían ojos o bocas muy grandes y otros se conformaban con hacer una caricatura estilo manga.
El ejercicio aparentemente sencillo: dibujar un rostro en puntillismo, resultó ser uno de los más complejos pues estaban involucrando tres elementos:
a. el rostro y sus proporciones.
b. el concepto de sombra y luz.
c. La técnica del puntillismo.
Cada uno de estos elementos tiene sus dificultades técnicas y se deberían conocer por separado para poderlas integrar en una sola imágen. ¿Cómo pedirles una sombra junto a la naríz si nunca habían observado ese efecto?
Del ejercicio se desprende la necesidad de hacer un taller de dibujo de cuerpo humano.
Esta clase me produjo un conjunto de sentimientos contradictorios: en primer lugar, frustración por no llegar a los retratos que yo esperaba. En segundo lugar, angustia por la falta de tiempo para estudiar otras técnicas gráficas que permitan incentivar el pensamiento creativo y la sensibilidad estética. Y en tercer lugar, esperanza al ver la paciencia y concentración que logran los estudiantes con ésta técnica y la claridad para abordar nuevos temas.